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Naturaleza

¿Nunca te has preguntado porque los flamencos son rosas, y que tiene que ver con la castración de los cerdos para que engorden, los “superfood detox” para aves y el imperialismo capitalista franciscano?

¿Nunca te has preguntado porque los flamencos son rosas, y que tiene que ver con la castración de los cerdos para que engorden, los “superfood detox” para aves y el imperialismo capitalista franciscano?

 

Pues mira, resulta que existe una especie de micro-gamba (que forma parte del zooplancton y que es pariente de las pulgas de agua) llamada Artemia, que habita en zonas hipersalinificadas (marismas, salinas naturales y artificiales, etc...) y que es el alimento de gran variedad de aves, entre otras los flamencos.

Ya casi tenemos el primer elemento de la relación, el rosa de los flamencos.

¿De donde viene?.

Los flamencos viven de manera casi exclusiva en zonas hipersalinas y allí se alimentan de Artemia, y la Artemia es un poco rosa, pero la Artemia, cuando es parasitada por unos más que diminutos parásitos, que pertenecen al grupo de los cestodos, que a su vez la necesitan para "entrar" en ciertas aves, las cuales serán sus huéspedes definitivos (algo así como el lugar de desove soñado por un salmón cuando arranca su ascenso suicida de un río a contracorriente),

esa gambita parasitada, es muy, pero que muy rosa.

Y los flamencos se atiborran de mucha, pero que mucha Artemia. Y se vuelven rosas.

 

En síntesis, el cestodo tiñe a la Artemia al parasitarla, haciéndola grande y roja, osea , detectable y apetecible, y la Artemia tiñe al flamenco, no así a otras aves, pero lo importante es que consigue su fin; parasitar y completar su ciclo en su soñado aparato digestivo de ave. Alucinante creo yo.

 

Vamos a por el siguiente elemento de la relación, todavía más alucinante; “la castración de los cerdos para que engorden”. Partimos de la premisa, no tan obvia de que, hasta donde sabemos, cuando castras a un animal, le quitas uno de los placeres fundamentales de la vida, y ¿cual es el siguiente placer?, comer ¿no? elemental.

Lo curioso es que eso vale tanto para un cerdo como para una micro-gamba (¿pasando por un ser humano? Ahí lo dejo).

 

De manera que millones de años de evolución han hecho que los cestodos y los seres humanos se dediquen a castrar a la peña para que engorde.

 

Sí, los cestodos castran químicamente a las Artemia, esto provoca que engorden hasta hacerse más detectables y nutritivas para las aves, y lo curioso es que gana todo el mundo, bueno, las Artemias igual no , pero las aves por partida doble.

 

Vamos a por el tercer elemento mientras desvelamos el porque las aves ganan por partida doble y porque las Artemias parasitadas son tan rosas.

La clave está en que los parásitos cestodos también tienen otra alucinante habilidad para con sus “vehículos cebo biológicos” ,las Artemias;

son capaces de disparar su nivel de producción de hemoglobina y de carotenos, que convierten a las Artemias en la “superfood” “superroja” y “superdetox” por excelencia.

Superfood porque la Artemia esta superengordada y llena de carotenos, superroja porque tanto la hemoglobina como los carotenos la confieren un color rojo fuerte que ,unido al rosa de partida, da un rosa fuerte.

Y superdetox porque los carotenoides protegen de manera constatada a las aves de buena parte de la abundante “guarrería química” (arsénico, metales pesados etc..) que las aves pueden encontrar e ingerir en las marismas sin “bandera azul”, osea, en las marismas.

 

Para terminar, vamos a por el último elemento de la relación;

cangrejo americano, tortuga de florida, visón americano, mapaches y un largo etc... son tantos los ejemplos de invasores provenientes del continente americano, incluso la terrible phyloxera de la vid, que a veces cuesta creer que sea casualidad.... juguemos a que suramérica es un país aliado de los imperialistas USA para que esto salga redondo.

 

El caso es que en 2016 entró en juego, con una capacidad invasora casi inédita la Artemia franciscana, un tipo de Artemia que, en solo un año, ha terminado prácticamente con la autóctona (la ha desplazado hasta el borde de la extinción) .

Las diferencias entre ambas variedades pueden parecer sutiles y dilatarían en exceso este artículo, pero el hecho objetivo es que en las zonas observadas se ha constatado un descenso de la presencia de aves de más de un 50%, de lo que se infiere un tremendo impacto en los ecosistemas salinos españoles, causado por esas diferencias entre invasora y desplazada que no “convencen”o no satisfacen las necesidades de las aves de paso y residentes.

 

Espero que estos datos nos hagan reflexionar sobre las delicadas relaciones “invisibles” que existen en los equilibrios de la naturaleza y las consecuencias de que el dinero sea prácticamente el único santo que gobierna y consuela al globalizado espíritu de nuestro primer mundo.

La Artemia franciscana ha entrado porque se usa como alimento barato para acuicultura y por ese motivo no se incluye en el catálogo español de especies invasoras a pesar de las evidencias científicas de su poder destructor y las reiteradas denuncias, bien fundamentadas, de los ecologistas. Después de años de destrozos irreparables, por fin este año el supremo ha incluido la trucha arco-iris y la carpa en el catálogo.